La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) dió a conocer las primeras proyecciones de siembra de girasol para la campaña 2024/25.
De acuerdo con la bolsa porteña, la oleaginosa alcanzará una superficie implantada de 1,85 millones de hectáreas. Esta área sembrada se mantiene estable con respecto al ciclo pasado y es un 3,2% superior al promedio de las últimas cinco campañas.
class="inreadBox" style="box-sizing: border-box; margin: 0px; padding: 20px 0px 0px; font-family: Arial, sans-serif; position: relative; clear: both; font-size: 16px;">De este modo, analizaron que la actual intención de siembra “refleja una estrategia de recuperación en las zonas del centro y norte del área agrícola, particularmente en el NEA y el centro-norte de Santa Fe“.
Esta mejora se dará sobre aquellos sectores que quedaron excluidos en las últimas campañas, debido a la falta de humedad superficial durante la ventana de siembra.
Un dato no menor es que también se suma la necesidad de buscar alternativas al maíz, por el riesgo latente de afectación por chicharrita y las enfermedades asociadas.
Con respecto a las perspectivas climáticas, destacaron que el invierno mostrará una tendencia irregular en las precipitaciones, influenciado nuevamente por una marcada circulación polar.
“Se esperan lluvias por debajo de lo normal en el centro de Argentina, mientras que el noroeste recibirá precipitaciones superiores a lo normal para la época. Las temperaturas se mantendrán por debajo de lo normal, con moderadas heladas invernales”, concluyeron.
A nivel nacional, distintas estimaciones calcularon que la brecha de rendimiento en girasol es del 34% con respecto a su potencial. Nuestro país es el cuarto productor mundial de esta oleaginosa, con una superficie que en las últimas campañas osciló entre 1,8 y 2,3 millones de hectáreas.
En este contexto, desde la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) plantearon soluciones para acortar esas brechas en los rindes.
En su último informe de la Red de Girasol, analizaron variables como elección de híbridos, densidad de siembra, respuesta a la fertilización y a la protección con fungicidas.
En esta publicación, se presentaron los resultados de ensayos para la campaña 2023/24, que se llevaron a cabo en once ambientes distribuidos entre el sur de Buenos Aires, este de La Pampa y sur cordobés.
En las pruebas, se testearon los principales híbridos comerciales en todos los sitios. Como punto de partida, observaron una considerable variabilidad entre materiales en términos de rendimiento y perfil sanitario, factor que dependió mayormente de la productividad del ambiente.
Desde la Red, advirtieron que este comportamiento muestra la importancia que tiene para la oleaginosa la correcta elección del genotipo, según se trate de ambientes de mayor o menor productividad.
Otra de las líneas de estudio de la Red fue la respuesta a la fertilización con nitrógeeno. Los resultados revelaron que sólo hubo respuesta en dos de los sitios, mientras que en la gran mayoría la respuesta al agregado de este nutriente fue nula.
“Este comportamiento pudo deberse al bajo potencial de rendimiento de estos sitios, la alta disponibilidad de nitratos en el suelo, el alto contenido de materia orgánica o de nitrógeno anaeróbico”, consideraron.
También se evaluó la respuesta ante la protección con fungicida. En este punto, se registró una respuesta en rendimiento bonificado más generalizada a lo largo de todos los sitios, respecto de la campaña anterior. Esta respuesta se observó en los ambientes con más potencial de rendimiento.
Al momento de analizar la densidad de siembra, la respuesta en rendimiento bonificado al aumento de la densidad en el 40% de los sitios.
En el ensayo que se llevó a cabo en la localidad bonaerense de Necochea, la alta presión de Phomopsis se reflejó en caídas del rinde en planteos de alta densidad de siembra.
El informe también incluye ensayos liderados por especialistas del INTA Balcarce, que evaluaron el impacto de la fecha de siembra en el rinde.
En líneas generales, ratificaron la importancia de la correcta elección de la fecha de siembra. A medida que se retrasa, el cultivo disminuye su potencial de rendimiento y contenido de aceite de sus granos y además, las fechas de siembra tardías tienen mayor incidencia de enfermedades fúngicas.
Cuando se analizaron ambientes con limitaciones hídricas en el sudeste bonaerense, las siembras tardías se perfilaron como una alternativa para aumentar rendimientos y reducir su variabilidad.
Fuente: Infocampo
Producción: NT Periodismo
Dirección: Norma Torres.
Auspicia: J.O.M Semillas Forrajeras.