En el inicio de una nueva campaña, en la que la rentabilidad asoma con márgenes muy ajustados, uno de los factores que los productores evalúan con mucha atención y están buscando ajustar -en el caso de quienes arriendan- es el de los alquileres agrícolas.

Como es usual, la Bolsa de Cereales de Córdoba suele hacer la punta cada año con una estimación del costo promedio de alquilar una hectárea productiva en esa provincia, pero que sirve como un parámetro para todo el país, habida cuenta que se trata de la segunda mayor productora de granos de la Argentina.

En ese marco, el primer relevamiento de arrendamientos posiciona el alquiler promedio en 11,5 quintales de soja por hectárea, un valor que se mantiene constante por tercer año consecutivo. Es decir, que no se estaría dando lo que pretenden los productores de una baja.

El alivio puede sentirse, de todos modos, si la valuación se hace a valor dólar: a raíz de la caída del precio de la soja, el costo promedio de los arrendamientos agrícolas en la provincia se desploma a su valor más bajo de las últimas seis campañas, rondando los U$S 328 por hectárea.

Esto surge a partir de observar el precio estimado de la soja para mayo de 2026 (U$S 28,5 por quintal), es un 2% por debajo del ciclo pasado y el más bajo desde 2019/20.

Así, si algún productor o contratista en vez de utilizar la soja como moneda de cambio, se guardó los dólares, estaría obteniendo una leve ganancia financiera.

ARRENDAMIENTOS: EL MAPA CORDOBÉS

El mapa de los arrendamientos muestra un tablero de ajedrez en constante movimiento. Mientras departamentos como Colón y General San Martín experimentaron subas significativas (8,7% cada uno) en los quintales solicitados, impulsando el alquiler, la verdadera sorpresa la dio Río Seco, que registró la mayor baja interanual, un contundente -11%, abriendo una ventana de oportunidad para la planificación productiva en esa región.

Pero no todos los departamentos se comportan igual. Marcos Juárez y Unión continúan siendo las zonas con los arrendamientos más elevados (17,5 qq/ha y 15,5 qq/ha respectivamente), reflejo de su alta productividad.

En contraste, Río Seco (8 qq/ha), Calamuchita y Tulumba (10 qq/ha cada uno) se consolidan como las opciones más accesibles.

La dispersión de precios también es un factor a considerar. Marcos Juárez lidera con un rango de 7 quintales (entre 13 y 20 qq/ha), evidenciando la importancia de una negociación minuciosa y un conocimiento profundo del mercado local.

Este dato subraya la necesidad de no quedarse solo con el promedio, sino de indagar en los valores mínimos y máximos para cada zona.

MODALIDADES DE PAGO: FLEXIBILIDAD FINANCIERA

En cuanto a las formas de pago, la modalidad semestral se afianza como la opción predilecta, acaparando el 23% de las preferencias. Le siguen de cerca la modalidad mensual (19%) y la trimestral (17%).

“Es crucial observar que el pago a cosecha representa el 14% de las transacciones, mientras que la combinación de 50% a siembra y 50% a cosecha alcanza el 8%”, dicen en la Bolsa.

Esta diversidad en las modalidades de pago ofrece un abanico de posibilidades para los productores. Analizar cuál se ajusta mejor a su flujo de caja y estrategia financiera es tan importante como el valor del quintal o el precio final del alquiler.