Dichos promedios superaron los históricos en las subregiones 3, 4 y 5. Sin embargo, los resultados de la soja de segunda se alinearon con la media de las últimas campañas.
El especialista concluyó que los resultados obtenidos estuvieron vinculados a las características climáticas específicas de la campaña.
Entre los factores que influyeron para que los rendimientos no fueran superiores, mencionó la severa restricción hídrica y el estrés térmico que enfrentó la soja a lo largo de su ciclo.
Las temperaturas elevadas, que superaron notablemente las medias habituales para esa época del año, fueron determinantes. Además, se registraron heladas tempranas que afectaron el desarrollo del cultivo.
El análisis de las fechas de siembra evidenció su influencia en los rendimientos y planteó la interrogante sobre cuál estrategia adoptar: ¿esperar la recarga de los perfiles retrasando la siembra o sembrar con perfiles secos manteniendo la misma?
En el sur, la humedad presente en el perfil permitió siembras más tempranas, entre mediados de noviembre y finales de diciembre, los rindes fueron superiores.
En contraste, en zonas como Monte Cristo, Río Segundo y Río Tercero, las siembras se realizaron principalmente en diciembre, debido a las severas deficiencias hídricas, lo que se tradujo en menores rendimientos.
En el centro y norte de Córdoba, sembraron luego del 15 de diciembre, obteniendo resultados similares.
Los datos pusieron en evidencia que, en promedio, existe una caída de 24 kilos/ha en los rendimientos, con cada día que se retrasa la fecha de siembra.
En conclusión, no debería sembrarse con perfiles completamente secos, pero tampoco subestimar el impacto del correcto momento de siembra para maximizar el potencial de rendimiento.
Los datos analizados sobre la fertilización fosforada en soja indican que un 25% de las muestras se encuentran por debajo de los niveles óptimos, lo que podría afectar los rendimientos.
Aunque se han utilizado diversas fuentes de fósforo, como superfosfato y fosfato monoamónico, persiste la preocupación sobre una posible disminución en las aplicaciones de fertilizantes.
Murgio expresó su inquietud respecto a esta situación, resaltando la importancia de mantener niveles adecuados de fósforo para garantizar el rendimiento de los cultivos.
En cuanto a malezas, se identificaron el yuyo colorado y rama negra como las más prevalentes, mientras que plagas como chinches y arañuelas fueron reportadas, especialmente en ambientes secos.